Está terminando nuestro cuarto día en el hospital. Todo pasó muy rápido desde el lunes que llegamos como para hacernos algunos controles y terminamos recibiendo de manera adelantada a Juan Pablito. Fueron días de emociones fuertes y cambiantes; poder ver a Juan Pablito, estar con él y tocarlo es lo más hermoso que nos pasó en la vida. Pero también son momentos de angustia, miedo y ansiedad. Nuestro bebé querido sigue su lucha en terapia intensiva, y verlo conectado a tantos tubos y cablerío no es fácil.
Aquí los doctores y enfermeras están tratando de estabilizarlo y de lograr superar algunos inconvenientes que está teniendo. Mientras tanto sus pulmones se van fortaleciendo, y, Dios mediante, poco a poco empezarán a retirarle el respirador. Este tiempo también le permitirá ganar un poco de peso, un factor que puede ser importante en la operación.
En estos días fue sometido a numerosos estudios para conocer mejor su corazón y analizar el funcionamiento de todos sus órganos. Todo es examinado con mucho detalle. Es probable que estos estudios sigan por unos días más, ya que involucran a mucha gente, y no nos referimos sólo a los que hacen los estudios propiamente, sino también a que son varios equipos médicos los que deben discutir los resultados y trazar los caminos a seguir. Serán entonces días de espera y de más lucha para Juan Pablito.
Finalmente, no nos cansamos de repetir que sin la ayuda de todos no hubiese sido posible estar aquí. Este tal vez sea el mejor hospital de niños del mundo para problemas del corazón. Pero sabemos que en última instancia la vida es un regalo de Dios, por eso nosotros seguimos rezando y pedimos a todos que lo hagan.
Un gran abrazo para todos, en unos días les estaremos contando las novedades.