Amado hijo, ya no estás con nosotros físicamente pero nunca nos cansaremos de decirte gracias por la luz que trajiste a nuestras vidas y por esa luz que sigue encendida. Desde aquel 28 de enero cuando nos enteramos de que estabas en camino, de los meses que nos unimos en nombre tuyo en una cadena de solidaridad impresionante, tu nacimiento en una madrugada en la que volviste a demostrar tu coraje para regalarnos tu llegada y dos semanas cargadas de amor, de amor verdadero, de amor infinito, de amor eterno.
Es cierto nuestro querido principito, que la melancolía de no tenerte en nuestros brazos muchas veces nos pone tristes, pero nuevamente vos con tus alas nos demostras que la muerte física no es la vencedora, sino que somos una familia de tres. En los siete meses en la panza de mamá y en las dos semanas que nos regalaste pudimos comprender lo que es realmente vivir. Porque vos viviste tanto, tan intensamente en esta tierra, y hoy, a lado del Padre nos seguis iluminando con tu pureza y tu gran corazón.
En aquel miércoles 10 de septiembre, después de tu partida al cielo, pudimos por fin tenerte en brazos sin tubos ni cables. Te abrazamos fuerte nuestro querido angelito, así como lo hacemos ahora, te abrazamos cada segundo y te agradecemos infinitamente por la gracia de conocerte y tenerte eternamente en nuestros brazos. Fue así como mamá Gilda antes de partir del hospital, con nuestro angelito en brazos abrió la biblia para leer un pasaje con nuestro amado Juan Pablito. Fue así como la biblia se abrió en la siguiente lectura, que compartimos con todos ustedes, diciendo nuevamente gracias por estar con nosotros, por estar con esta familia de tres, con un amor sin límites.
Jesucristo, vencedor del mundo
Les he dicho estas cosas poniéndoles comparaciones; pero viene la hora en la que ya no les pondré más comparaciones, sino que les hablaré claramente acerca del padre. Aquel día, ustedes le pedirán en mi nombre; y no digo que yo voy a rogar por ustedes al Padre, porque el Padre mismo los ama. Los amo porque ustedes me aman a mí, y porque han creído que yo he venido de Dios. Salí de la presencia del Padre para venir a este mundo, y ahora dejo el mundo para volver al Padre.
Entonces dijeron sus discípulos:
Ahora sí estás hablando claramente, si usar comparaciones. Ahora vemos que sabes todas las cosas y que no hay necesidad de que nadie te haga preguntas. Por esto creemos que has venido de Dios.
Jesús les contestó:
¿Así que ahora creen? Pues ya llega la hora, y es ahora mismo, cuando ustedes se dispersarán cada uno por su lado, y me dejarán solo. Pero no estoy solo porque el Padre está conmigo. Les digo todo esto para que encuentren paz en su unión conmigo. En el mundo ustedes habrán de sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo.
Juan 16: 25-33
GRACIAS!!!
Gracias a los amigos del Movimiento Comunión y Liberación en Boston que brindaron a Juan Pablito una bellisima misa en la Iglesia Sagrados Corazones el jueves 11 y por el rezo del rosario en el día que Juan Pablito partió junto al Padre. Gracias al Padre José por la bellisima homilía en español, y por recordarnos que somos una familia de tres.