Tenemos dos hermosas niñas, la mayor se llama Sofía M. Flores y tiene 8 años de edad, y la pequeñita es el ángel que nos bendice desde el cielo, su nombre es Isabella M. Flores, ella nació el 07 de diciembre del 2010. Apenas el 12 de abril de 2010, supe que estaba embarazada, que felicidad más grande nuestro segundo hijo; ese sería mi tercer embarazo antes de Isabella, ya que el 20 de enero del 2009, perdí a mi hijo de 4 meses de gestación, y a a partir de ese día me di cuenta que ya nada sería igual, pues ese bebé lo esperábamos con mucha illusión y felicidad. Al pasar el tiempo seguí las indicaciones médicas, me realizaban un conteo hormonal, esto duró alrededor de un año ya que quería volver a embarazarme, y después supimos que nuevamente vendría un bebé en camino, agradecimos esta felicidad tan grande.
Al pasar los días yo me dejaba consentir por mi marido y por mi familia y disfrutaba de todo a mí alrededor. El tiempo corría y a las 20 semanas nos enteramos que tendríamos una hermosa niña, aunque mi esposo siempre aseguró que sería otra hermosa princesa, en realidad no nos preocupaba si era un niño o niña, solo deseábamos su bienestar, incluso no nos importaba si nacería con alguna discapacidad, ya que estamos en ese camino, nuestra hija mayor Sofía tiene una discapacidad y acude a clases especiales, pues ella presenta un retraso en su desarrollo y problemas de lenguaje, entonces para nosotros , más que desear un bebé, con ojos de algún color en especial, que se pareciera a mi o a su papá , solo, lo único que visualizamos era tener a nuestro hijo o hija en nuestros brazos.
Salimos ese día del consultorio, al finalizar el sonograma y comenzamos a llamar a nuestra familia para darles la gran noticia: que sería una niña! mi familia estaba muy feliz. En la semana 24 acudí nuevamente con mi ginecólogo, y me dio una cita más próxima de lo planeado para otro sonograma, ya que me informaron que en el anterior no habían podido ver bien el corazón de mi bebé. Regresé a mi casa con esa sensación de miedo, pero siempre con mucha fe, de que todo estaría bien. Semana 26 acudí a mi cita, me dijeron que quizá los aparatos del sonograma no podían ver bien el corazón de mi hija, y me enviaron a un centro especializado de la mujer ubicado en Fort Worth, Tx. y la cita en dos semanas más, nuevamente la angustia y el miedo se hacían sentir, pero con la fuerza de mi hija en mi vientre, sabía que estaría todo bien. Acudí a mi cita al centro especializado de la mujer y ya era la semana 28, ese día me acompañó mi mamá y mi hija, mi esposo no me pudo acompañar; entre sola al consultorio, ya que a mi hija Sofía no le gustan los médicos y hospitales, se quedaron en la sala de espera, entre estaba una persona especializada en sonogramas, una interprete por si yo no llegara a entender lo que me decían, empezó a checarme y gire hacía al lado derecho, después hacía el lado izquierdo, me lastimaba con los fuertes movimientos, después de 30 minutos me indicó que llamaría a otro médico especializado, yo le pregunté qué era lo que pasaba y el solo contestó: te revisarán nuevamente y espere, llegó el médico, solo saludo, buenas tardes de un modo serio, y empezó a revisarme, seguí las indicaciones, empecé a escuchar su voz diciendo, que mi hija venía con un defecto en el corazón, que no iba a sobrevivir, quizá no llegaría a nacer, y no sabían el sexo del bebé , pues nacería con múltiples malformaciones, al escucharlo yo solo temblaba y lloraba, quería gritar y decirle que de quien hablaba era de una vida, la vida de mi hija , y escuche decir lo que no quería escuchar, que lo mejor era que ella no naciera, de todas maneras moriría , que podían programar la interrupción de mi embarazo, porque no tenía caso seguir, yo no podía reaccionar, sabía que la profesión de un médico es salvar vidas no decidir el día y la hora de su partida, o que tendría que morir por algún padecimiento, me dijo que si no quería interrumpir mi embarazo, entonces tendría que realizarme una amniocentesis, ( procedimiento en el cual extraen liquido amniótico del vientre para realizar un estudio genético) salí llorando, no podía ni caminar, el médico, no mostraba un gesto de esperanza hacía mi dolor, solo insistía que lo mejor era que no naciera y nunca pensó que mi hija estaba viva en mi vientre, había trascurrido más de una hora hora desde que entre al consultorio, mi mamá caminaba con Sofía por los pasillos, ella me vio a lo lejos y al acercarse pudo darse cuenta del dolor en mi rostro, y preguntó, que ocurre por qué estas así, con palabras entrecortadas trate de explicar y sus palabras fueron tranquila hija ellos son médicos y solo hacen su trabajo, Dios es muy grande y no va a permitir que algo malo le pase a la bebé ella aun está viva en tu vientre y tenemos que luchar por eso. No podía conducir rumbo a mi casa, llegue me recosté y ya no tenía la fuerza para levantarme, más tarde llego mi esposo y yo no podía explicar lo que pasaba pues era muy doloroso repetir las palabras del médico, comencé a decir cómo puede y me dijo Ella está aquí y nada le pasará, el médico nunca me explicó cuáles eran las anomalías de mi hija solo que su corazón tenía malformación, jamás habló de algún síndrome, o padecimiento nunca me explicó la condición de Isabella. En la semana 31 me realizaron la amniocentesis y me recibió otro médico, yo le pedí a mi esposo que me acompañara, que no me fuera a dejarme sola en ese momento con aquel médico, pues sentía un poco de miedo o más bien dicho miedo a lo que él sin esperanzas me pudiera decir, necesitaba estar relajada y sacar de mi ese nerviosismo que todo me provocaba, al llegar al consultorio me recibió otro médico, le expliqué mi sentimientos hacia esa situación y le pedí de la manera más atenta que me explicara el por qué realizar una amniocentesis y para que , necesitaba saber si mi bebé estaría bien. De una manera amable me empezó a explicar el procedimiento “ es sencillo, dijo, vamos a introducir una aguja en el vientre y vamos a extraer liquido amniótico , que se analizará y en 10 días tendremos los resultados”, que era importante dicho resultado ya que con base en él se decidiría como actuar y que procedimientos llevar acabo día que naciera Isabella, me pusieron en manos del Hospital Texas Health, Harris Methodist Fort Worth, porque al lado de este se encuentra el Hospital Cook Childrens, para cualquier emergencia que la bebé necesitara la trasladarían. Con las dudas aclaradas y la mente más fría iniciamos el procedimiento, nosotros en todo momento estuvimos observando, sentía temor, de que lastimaran a mi hija, ella lo sabía muy bien, ya que su reacción fue golpear con su manita mi vientre, como si se defendiera para que yo no me preocupara, y en verdad fue un momento mágico, mi bebé se defendía, como si preguntara que era lo que pasaba, y por fin terminó , salí de la ahí, me fui a casa, repose tres días, los indicados por el médico, y después la espera, pasaron los dias y llego el momento de saber los resultados, el miedo nos inundaba a mi esposo y a mí, llegamos al consultorio y ahí estaba aquel primer médico que se había portado muy frío, el que insistía en interrumpir mi embarazo, sentí temor, dolor, impotencia pues sabía que solo era una un médico que solo realizaba su trabajo que no le podía el dolor de sus pacientes. Estábamos ahí, sentado, yo muy nerviosa, y solo escuche “ ya tenemos los resultados, es Trisomía 13, significa que es lo peor, no nacen mueren al momento, o solo viven poco tiempo, tiene multiples malformaciones, y aparte con el sonograma pudimos apreciar que también padece de Onfalocele, tiene parte de intestino fuera de su vientre” Él me observaba , como esperando una reacción , yo solo incliné mi cabeza , y lloré, mi esposo me abrazo y me dijo todo va a estar bien . El médico se dio la vuelta y se fue, nos dejó en el consultorio solos sin explicaciones, de lo que significaba Trisomía 13, ya camino a casa solo podía llorar, mi esposo solo me decía que dejara de llorar, que la bebe estaba viva y que lucharíamos por ella siempre, al llegar investigué lo más que pude en internet, encontré lo que yo no quería leer, aquella definición de esa palabra tan difícil de entender, seguí mi búsqueda de respuestas y ahí encontré un blog que me dio mucha luz, era el blog de Juan Pablito y el principito que junto a sus papis me ayudaron y motivaron. Al pasar de los días los médicos ya no querían y ni les interesaba consultarme, pues decían que no tenía caso, y sin rendirme puse una queja en mi seguranza, para seguir con mi embarazo fuera cual fuera el diagnostico, no podía tolerar que en cada consulta solo me atendían por atenderme, pues ni siquiera me tomaban en cuenta, siempre me dejaban al último, porque mi hija no tenía probabilidades de vida. En la semana 37 acudí al médico y programaron mi cesárea el 07 de diciembre del 2010, en la semana 39, tres días antes del gran día acudí por decisión mía con un neonatólogo, sentía la necesidad de una explicación más clara o un hilo de esperanza, al llegar estaba una doctora, la cual se comportó muy fría, me explicó lo que era trisomía 13, lo que era onfalocele y la malformación de su corazón, me mostraba libro tras libro , pero no los podía nisiquiera voltear a ver, pues en mi corazón de madre, siempre pensé que el diagnostico era equivocado, ella me dijo, si vive que bien, pero no esperes que le demos ayuda si lo necesita, ella solo va a estar confortable contigo hasta que llegue el momento , yo le dije que no estaba dea cuerdo pero sentí que me ignoró. Un día mi esposo y yo hablamos acerca de lo que estábamos pasando y de lo que venía y decidimos no comprar una cuna, solo lo mas indispensable, compré una muda de ropa muy especial, un mameluco con dos pequeñas alas, era especial para mi bebé.
Llego el gran día, su nacimiento, por fin conocería a ese princesita tan especial, me citaron en el hospital a las 6:30 de la mañana, al salir casa le di un beso a mi hija mayor Sofía, le pedí a mi mamá que la cuidara, que la protegiera y que yo regresaría pronto a casa con su hermanita en brazos, camino al hospital mi esposo y yo rezábamos pidiendo un milagro, que el diagnostico que nos habían dado fuera erróneo, en el hospital me prepararon y había muchos médicos, diciéndome lo mismo, que no harían nada por ella, les pedí que se retiraran, necesitaba mi espacio, sola con mi hija y mi esposo, que solo me ponían nerviosa y me alteraban, al poco tiempo mi mamá llego con mi hermana, mi hija y mi sobrina, me despedí de ellas diciéndoles que un ratito regresaba con mi bebé. Y nació mi Isabella a las 11:02 a.m. , la escuché llorar le dije a mi marido que fuera a verla que no se separara de ella , solo la limpiaron la pesaron 6 libras 6 onzas y midio 47 cm. me la acercaron y se la dieron a mi esposo y nos dijeron disfrútenla el tiempo que le queda, es una impotencia de querer gritar que te escuchen que es una vida y poco a poco se fueron los médicos, mi niña batallaba un poco al respirar, pedí que la revisaran y ellos decían que no harían nada por ella, finalizó la cirugía y colocaron a mi princesa en mis brazos, nos llevaron a la habitación, la bañaron, la bautizamos, le tomaron una sesión fotogáfica, las enfermeras me daban el pésame aún teniendo a mi hija en brazos, vaya imprudencia. Mi estadía en el hospital duró 3 días , mi bebé siempre estuvo conmigo nunca estuvo en cuneros, me enseñaron a alimentarla, a hacerle sus curaciones en el ombligo y en sus intestinos que estaban fuera de su cuerpecito, me enseñaron a bañarla, pues no podía caer agua en el área de su abdomen, se le hacían sus curaciones y se vendaba su estomaguito, antes de salir del hospital me sugirieron que Isabella, formara parte de Community Hospice of Texas, ellos ofrecen cuidados paliativos, lo cual acepté, y salimos del hospital llegamos a nuestro hogar, ese mismo día mi esposo y mi mamá fueron pronto a comprar una cuna, ropa, cobijas, biberones, lo necesario para ella, y por la noche llegó una enfermera de Hospices, Martha Boren, excelente enfermera y sobre todo un excelente ser humano se puso a mis ordenes y visitaba a mi Isabella 3 veces a la semana, y con los días decía “Isabella creo que te estoy amando”, y después su frase cambió a “Isabella te amo”, ella nos platicó un día que solo había tenido solo un hijo, con 47 años de edad actualmente por tal motivo Isabella era su nieta, porque la amaba mucho. Martha Boren se convirtió en el ángel personal de otro ángel llamado Isabella y dejó un eterno agradecimiento y admiración hacia ella, nunca tuve tiempo de agradecerle en persona, pero ella sabe que se lleva parte de Isabella.
Al día siguiente de salir del hospital acudí a la cita con el pediatra de Isabella era la Dra. Nusrath M. Habiba, que ya sabía de su condición porque del hospital mandaron todo su expediente y solo me dijo, tú ya sabes lo que tiene puedo hacer algo por ti?, esto que pasa no fue tu culpa, llora si quieres llorar, yo tengo aquí unos pasantes de pediatría que pasen para que vean a la bebé? , lo cual yo me negué, y volvió a insistir, solo dijo, no la van a revisar solo la van a observar y conteste molesta que no, respeten a mi hija, no me interesaba exhibirla, pasaron los días con mi Isabella, hermosos días , todos en mi casa nos turnamos para cuidarla jamás se quedó ni un minuto solita, siempre estaba alguien cuidándola, diciéndole lo importante que ella es para todos, mi niña nos dejó una gran lección de vida, amor y lucha unió a muchos corazones , muchas personas, mi hija es única, es especial como lo es su hermana mayor, las amamos con toda el alma, nuestra hija ISABELLA regreso a casa de Dios el día 12 de enero del 2011, vivimos los momentos más felices, estos 37 días en la tierra, papá Antonio, mamá Iliana big sister Sofía y por siempre ISABELLA.
Agradecemos a Dios el habernos permitido tener a ISABELLA en nuestros brazos para amarla cada instante que estuvo aquí en casa, a nuestro ángel ISABELLA por la lección de vida y lucha que nos dejó, pero sobre todo su gran misión EL AMOR Y LA UNION DE LA FAMILIA. Te amaremos por siempre chivita loca (ISABELLA…).
Gracias a mi familia a mis papas, a mi hermana Karina, a mi hermano David,a mi sobrina Marcela ,a mi cuñado José a mis tios, tias , primos , primas, amigos. Gracias por su apoyo y sus oraciones.
Papis de Isabella y big sister Sofía.