Me llamo Alejandra Ortiz, tengo 20 años, estoy casada y vivo en Viena – Austria hace 4 años. El es mi bebé Joshua, nació prematuro, por una cesárea planeada a las 29 semanas de vida el 31/05/2012. El estaba enfermito, pero, yo nunca le conté a nadie, porque no quería que le vean a mi hijo con otros ojos (típico de la gente ignorante). Mi esposo y yo nos enteramos a las 12 semanas que nuestro bebe tenia “Hydrops fetalis”.

Conocimos personas maravillosas, los Doctores se portaron de lo mejor conmigo y eran muy sinceros a pesar de lo que decían no siempre sonaba muy lindo, pero, yo les tome mucha confianza. Desde el principio nos dijeron que ellos pensaban que nuestro bebe, no iba a vivir mucho tiempo.. A pesar de escuchar eso, NUNCA me detuve, ni perdí mi FE en que las cosas podían llegar a cambiar, y le pusimos a Joshua de apodo “Milagroso”. Para mi es más sano pensar que la vida es como un día de Sol, y otro como un día de Tormenta. Por mas que mi hijo, estaba enfermo, no era una bolsa de basura que podía desechar, por eso tuve que argumentar a los doctores cuando me preguntaban si quería seguir con mi embarazo o no: “Yo voy a luchar por mi hijo, pase lo que pase. Viva un minuto o 40 años”.
Cada 2 semanas me iba al hospital a controles, su corazón latía tan fuerte, que yo me aferraba a su vida. Por el AMOR yo iba a luchar por el hasta el FINAL. Así lo hice.
Un día normal fui al hospital, y mi doctor me dijo que mi bebeéno estaba recibiendo suficiente oxigeno y vitaminas. Me dijo que podíamos planear una cesárea (que no era muy normal tan temprano), o esperar 4 semanas mas hasta la 32. Después de hacer muchas preguntas y pensar que era lo mejor para mi hijo, una cesárea planeada seria como una SEGUNDA OPORTUNIDAD de vida, ya que los doctores no le daban esperanzas por su enfermedad y creían que el iba a morir en mi vientre. Lo decidí, y di el SI. Ese día me quede para recibir las inyecciones para la maduración de sus pulmones, tenia tanto miedo, y oraba a Dios para que me muestre si lo que decidí era lo correcto. Mi bebe se movía toda la noche, acompañándome en mi desvelo y queriéndome decir: “Ey Mami, tranquila, todo va a salir bien”.

El día de la cesárea, estaba tan nerviosa porque no sabia que iba a pasar después y con mucha emoción a la vez ya que iba a conocer a mi amado hijo antes de lo esperado. Mi esposo, estaba conmigo en todo momento y yo le agarraba la mano fuerte lagrimeando, y por otro lado el Anestesista pidiéndome que me tranquilizara.
Al tener a mi bebe en mis brazos, toda la preocupación se esfumo, solo quedaban la felicidad y la paz. Nunca estuve tan enamorada de una personita, como de Joshua. En un momento cerré los ojos, con el en brazos y dije: “Señor, gracias por darme esta oportunidad, me cumpliste el deseo de mi corazón”. Era la verdad, cuanto tiempo espere, cuantas lagrimas derrame y ahí estaba mi recompensa.. Dios me dio el tiempo perfecto para disfrutar de mi hijo, junto a su papa darle amor hasta el Final! Un minuto, una hora, dos días.. que estuvimos junto a el, para darle la “BIENVENIDA” y un “NOS VEMOS PRONTO, HIJO”.

Lo único que puedo decir es que LUCHAR 7 meses por la vida de tu bebe, y ser recompensada tocando vidas con nuestra historia es algo GRANDE, recibir mensajes de personas de varias partes del mundo que digan: “Gracias Ale, me cambiaste la vida”. Lo que Dios empieza, no lo deja por la mitad.