Al iniciar una nueva etapa en el 2013, con diversos programas en la Fundación Juan Pablito, surge la Esperanza, nuevas metas, nuevos desafíos y en todo ello la riqueza de aportar cada uno lo que puede, le gusta y sabe hacer… profesionales, padres, voluntarios, estudiantes: todos llamados a iniciar la marcha, guiados desde el cielo por l@s bell@s Angelit@s…
En la práctica de trabajar con profesionales de las diferentes ramas de la salud comprendí, que todos hemos sido educados en escuelas que nos dicen que los pacientes y sus familias necesitan profesionales fuertes que no se quiebren ante ninguna situación ni siquiera frente a la muerte, incluso la muerte de un bebé, sin embargo desde la experiencia de trabajar de cerca con la familias me he dado cuenta que la realidad es otra, ya que las familias esperan tanto la cura de las enfermedades como también el buen trato y la comprensión, entiéndase como buen trato a la cortesía, la compasión, la tolerancia, la importancia de entender que cada paciente es único para la familia que lo acompaña.
Al conocer las diferentes historias y luchas familiares, mi caminar profesional va enriqueciendo de manera gigante, y definitivamente no comparto el paradigma profesional de que no debemos quebrarnos, por el contrario sentir con los padres, solidarizarse con ellos, intentar comprenderlos, acompañarlos en los momentos más difíciles y no temer tomarle de las manos incluso… en eso está la grandeza y el verdadero crecimiento profesional.
Con esa mirada y ese espíritu inicio este caminar del año 2013 en la Fundación Juan Pablito.
Comparto con ustedes la versión del Evangelio de San Marcos ya que es el que grafica más claramente el amor de Jesús a los niños:
Le acercaban unos niños para que los tocara, pero los discípulos los reñían. Mas Jesús, al ver esto, se enfadó y les dijo: “Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios. Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él.” Y abrazaba a los niños, y los bendecía poniendo las manos sobre ellos (Mc 10,13-16).
Manos, Pies y Mucho Corazón!!!
Lic. Norma Dominguez
Trabajadora Social
Reg. Prof. N° 419