En septiembre de 2011 por fin nos enteramos de la gran noticia de que íbamos a tener un bebecito; luego de buscarlo, casi de inmediato quedé embarazada, qué felicidad!!!

En la primera ecografía ya mi bebé tenía 2 meses de estar en mi pancita y era un diagnóstico perfecto, así como lo fue todo mi embarazo. Tuve muchos pero muchos cuidados, todo lo que comía y hacía era pensando en mi hijito… Me alimentaba súper bien y lo mimaba demasiado y toda mi vida giraba en torno a él. Todos los controles eran perfectos al igual que las ecografías, salvo la penúltima en la cual vio el doctor que venía con bajo peso pero que todo lo demás estaba bien; fue allí cuando nos sentimos un poco aburridos porque mi alimentación y mis cuidados eran exagerados y comencé a comer más seguido de lo normal para que mi príncipe naciera gordo y hermoso.

Con un parto programado para el 4 de mayo, mi príncipe azul comenzó a trabajar para salir el 26 de abril; en este día me levanté y sentí que me bajaba un líquido por mis piernas… mi alegría era inmensa porque ya pronto lo iba a conocer!

Estuve toda una tarde con mis dolorcitos esperando a mi esposo para ir al hospital, donde llegamos a las 8:00 pm y mi hermoso nació por parto normal a las 4:15 am del 27 de abril de 2012… En la sala de parto lo que menos me importaba era el dolor, lo único que pedía a Dios era verlo y que naciera bien. En efecto, lo conocí, pero mi segundo deseo no se me cumplió porque desde que mi hijo nació comenzaron sus complicaciones. Emanuel no lloraba y no respiraba, entonces de inmediato se lo llevaron y cada segundo mi angustia se hacía más grande. Yo no paraba de llorar y de reclamar el llanto de mi hijo que me indicara que estaba vivo.

Al momento llega la tosca doctora que atendió mi parto y me dijo que mi hijo nació con 6 deditos en su pie derecho y que sus dedos meñiques se encontraban mal implantados .Yo me puse muy mal sin saber que en realidad esto era lo de menos en la salud de él; luego me dijo que el niño tenía la cabeza muy blandita haciendo gestos como quien dice: “ este niño no es normal”- era porque sus fontanelas no se terminaban de cerrar, pero ni siquiera para mí que no soy doctora era raro esto y me afectó mucho los gestos que ella hacía al referirse de mi hijo-. También me dijo que le faltaba un testículo pero en realidad fue que ninguno de los dos se formó pero aparentemente parecía que los tuviera porque estaba intacto su escroto.

Aún con todo esto, mi príncipe para mí era perfecto, aún más luego de conocer las malformaciones que trae consigo la trisomía 13, de la cual me enteré que se encontraba desgraciadamente en todas las células del hermoso cuerpo de mi hijo a sus 18 días de vida. Nosotros sentimos un dolor muy grande cuando nos enteramos de esto y el saber que mi bebé podría no vivir más de un año y que no podíamos hacer nada era terrible, porque yo lo quería a mi lado para toda la vida porque lo amaba inmensamente.

Mi valiente pasó por una infección intestinal que me lo dejó sin alimento durante8 días. Lo alimentaban por medio de una sonda que viajaba por sus delgadas venitas desde su brazo hasta el corazón; tenía oxigeno pero muy bajito y así con todo esto lloraba con fuerza pidiendo comidita y era muy triste tener yo tanta en mis pechos y sin poderle dar…

…Alcanzamos gracias a Dios a conocer su reflejo de risa, a ver sus ojitos abiertos puesto que por su síndrome eran muy pequeños y se le dificultó abrirlos, hasta que al segundo día lo logró.

Con sus complicaciones en su corazoncito él luchaba a diario por vivir y nosotros siempre con la esperanza de que todo fuera una pesadilla…Con el diagnóstico del cariotipo a los 18 días, donde la enfermera en la tarde nos dijo que ya habían llegado el resultado, decidimos no conocerlo todavía porque de él dependía la vida de nuestro hijo y nos daba mucho susto. Entonces nos fuimos para la casa y nos reunimos con mi familia en oración para que todo nos saliera bien y luego de esto me comuniqué por teléfono con el pediatra y me informó que nuestro niño tenía Síndrome de Patau (Trisomía 13), y que había muy pocas probabilidades de vida porque estos niños pasaban por una serie de complicaciones muy grandes.

Esa noche se nos vino el mundo encima…No parábamos de llorar y no dormimos en toda la noche y al otro día debimos sacar fuerzas para irlo a ver sin demostrarle ningún dolor y al igual que antes debíamos mostrarle una cara de alegría por tenerlo, cantarle y bailar con él cargadito para demostrarle tan inmenso amor que teníamos y seguiremos teniendo para él!!!

Mi hermoso, que además nació grandote y gordote, era como si nada pasara. Obviamente con su dificultad para respirar, pero tratando de abrir sus ojitos para mirar a papá y mamá…Fue toda una semana muy dura, pero pidiéndole a Dios mucha fortaleza y el concediéndonosla. Fui capaz de despedirlo el día jueves 24 de mayo, diciéndole que emprendiera ya su vuelo, que papá y yo íbamos a estar bien, y le pedí que desde el cielo me ayudara a tener un hermanito sano, que me haría una falta inmensa y que lo amaba demasiado…pues en esa misma noche comenzó a desaturarse y al otro día cuando yo me estaba alistando para ir a su visita me llamó el pediatra para decirme que el niño estaba maluquito y que estaba dejando de respirar , que me informaba para ver si yo lo quería “acompañar”…con esta palabra me dijo todo…mi luchador estaba perdiendo la guerra con la muerte y que dolor tan grande el que aún siento escribiendo esto!

Llamé a mi esposo y nos encontramos en el hospital y cuando entrábamos vimos que estaba saturando entre 30 y 40, casi me muero del dolor y la angustia tan grande que sentí. Llegué dispuesta a que mi hijito muriera en mis brazos, pero luego de presenciar varias apneas de las cuales mi príncipe se recuperaba solo, me sentí incapaz de seguir allí, viendo a mi hijo con un llanto débil como pidiendo ayuda y nosotros sin poder hacer nada…solo esperar.

Salimos a la sala de espera y allí desesperadamente pasábamos el tiempo, pero me parecía mejor dejarlo tranquilito sin moverlo ni hablarle ni llorar encima de él, y así estuvimos durante todo el día hasta que mi angelito abrió sus alitas y voló hacia el cielo a eso de la 11:15 pm…En realidad yo sentí tranquilidad porque mi bebé ya había descansado, pero mi esposo se descompensó demasiado porque él nunca había aceptado lo que Emanuel tenía y guardaba la esperanza de que los resultados estuvieran equivocados.

Hoy cumple mi hijo 1 año de haber nacido y parece que todo esto hubiera sido ayer, sentimos mucho su ausencia pero allá está mejor con Dios…Lo amamos con todas nuestras fuerzas y lo seguiremos haciendo… Le damos gracias a Dios porque nunca nos ha abandonado y nos ha dado mucha valentía como a él; porque nos eligió para ser los padres de un ángel, que no todo el mundo cuenta con este privilegio.

Gracias a todos nuestros familiares, compañeros y amigos que nos han acompañado en todo este proceso, sin ellos esto hubiera sido imposible de sobrellevar. A la Fundación Juan Pablito que nos ha ayudado a no sentirnos tan solos y ver todo esto con unos ojos diferente, con los ojos del corazón.

Gracias a ti mi Emanuel por ser tan valiente y por luchar para estar con nosotros, gracias por enseñarnos a amar incondicionalmente y por unirnos como familia. Gracias mi amor por el hermanito que le pediste a Dios… Ya lo tengo en mi vientre con la misma alegría y el mismo amor que a tí desde hace 1 mes y tenemos mucha fe de que todo saldrá bien.

TE AMAMOS Y NUNCA TE OLVIDAREMOS Y ME RECONFORTA EL SABER QUE NOS VOLVEREMOS A ENCONTRAR EN LA VIDA ETERNA…

Tus papis Cata y Hernán!!!