Mi angelito Carlitos fue el primer bebé de nuestra familia, sobra decir que lo esperábamos con mucha ilusión y amor. Sin embargo a los 7 meses de embarazo tuve preeclampsia que no me pudieron controlar y Carlitos tuvo que nacer por cesárea. Carlitos Daniel nació prematuro, desde el principio los doctores se mostraron sorprendidos del excelente estado y su rápida mejoría.
Pero no todo continúo de esa manera: cuando tenía 9 días cayó en dos paros cardiorrespiratorios que le lesionaron gravemente el cerebro, lesiones irreversibles. Él fue diagnosticado con parálisis cerebral espástico, sus expectativas de vida eran mínimas ya que se encontraba conectado al respirador artificial. Todos los médicos nos decían que el moriría tarde o temprano, y que no sabían decirnos cuánto tiempo sería pero que sería una guerra perdida. Pero nosotros decidimos pelear sin esperanza, pelear por batallas perdidas de antemano.
Sin embargo vivió 5 hermosos meses en los cuales demostró en diversas ocasiones, que solo Dios decide cuándo y cuánto es el tiempo de cada persona. Ningún pronóstico médico hizo flaquear al guerrero Carlitos, se aferró a la vida como nadie incluso en los momentos de su muerte, libró una feroz batalla. Todo esto por conocer la dicha de amar y ser amado. Su agonía fue larga y muy dura de soportar, sin embargo con todo mi dolor de madre, tomé la mano de mi hijo, renuncié a él y deje que se fuera en paz. Afortunadamente su papá llegó a despedirse de él y compartir sus últimos momentos.
Nuestro hermoso Carlitos es un ejemplo de vida y amor. Cómo sus padres, él tenía que ser diferente a los demás, jamás se dio por vencido hasta que su cuerpo cansado decidió no seguir. El no conoció su casa, pesé a que en dos ocasiones estuvo a punto de salir de alta del hospital. El día que murió, decidí leer en el funeral unas palabras que había escrito para él en un libro de cuentos que le compré y que le leía todos los días. Les dejo estas palabras:
Cosas que Carlitos Daniel nos ha enseñado
– Que esto no se acaba hasta que se acaba, que la esperanza muere al último.
– Que lo más importante es la familia, en especial los hijos.
– Que se puede amar sin conocer y sin esperar nada.
– Que se puede luchar sin esperar recompensa o esperanza.
– Que lo más importante es vivir el presente, como si fuera el último día de nuestras vidas, amar al máximo y apreciar lo que se tiene.
– Que un pequeño cuerpo puede superar las más grandes pruebas y sobrevivir.
– Que si por algo vale la pena luchar es por vivir.
– Que todos no importa cuánto tiempo duremos en este mundo, tenemos una misión en nuestra vida, ya sea enseñar, ayudar o aprender algo.
– Que todas las cosas están en manos de Dios y solo él decide el destino de las personas.
– Que los niños especiales son un regalo para familias especiales, capaces de amarlos y luchar por ellos.
Para Carlitos Daniel de sus padres con mucho cariño.
Lourdes y Carlitos padres de Carlitos Daniel